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La Experiencia Completa de Alimentarse Sanamente: una Alimentación Consciente y el Derecho de los Niños a ésta

Ago 3, 2023 | Blog

Por Carolina Carrera Ascencio

La buena nutrición fluye de una experiencia divertida y placentera. Podemos enseñar a nuestros niños a comer bien cuando como adultos tenemos una buena relación con los alimentos y disfrutamos la experiencia con todos nuestros sentidos.

Cuando pienso de donde viene mi interés por la nutrición, por cocinar y alimentar a mis hijas sanamente, me remonto a mi infancia, ya que las comidas en mi casa forman parte de los mejores recuerdos de mi niñez.
A la hora de comer nos juntábamos toda la familia y hablábamos de cómo nos sentíamos, cómo iba nuestro día; la comida de mi mamá era muy sabrosa, hogareña y diversa. Fue así como desde pequeña conocí una rica variedad de ingredientes en diferentes combinaciones.
Mi experiencia me hacia dar por hecho que el comer era así. Casero, agradable, abundante, variado y delicioso. Más adelante, cuando tuve una familia, continúe con esa experiencia de comer compartiendo y disfrutando.
 La manera en que muchos niños son alimentados no siempre es de esa calidad que yo viví y que ahora promuevo; de hecho, en muchos casos ni siquiera es una prioridad o se desconocen los beneficios que una buena alimentación puede aportar.

La correcta alimentación de un niño toma tiempo, dedicación y es muy importante. Un niño que se alimenta de manera natural, primero con seno materno, después con vegetales y frutas reales preparadas en casa y con alimentos vivos e integrales que vienen de la tierra es un niño sano. Si además de eso los hacemos conscientes de lo que comen platicándoles y mostrándoles el origen de los ingredientes de su platillo y acercándolos a la experiencia en la cocina, motivándolos a ayudar, a preparar, a probar y a servir, eso les crea buenos hábitos.

Aprender sobre nutrición es esencial, y saber cocinar es una herramienta para la vida. La alimentación saludable es un derecho y permitirnos disfrutar de toda la experiencia contribuye a nuestro crecimiento espiritual.

Los niños viven esto de manera natural, ellos van a mostrar interés por jugar con la comida y eso esta bien, es así como aprenden: aplastando, mordiendo y escupiendo, tallándoselo en el cuerpo, ahí está nuestra oportunidad de presentarles alimentos enteros, para que jueguen con ellos, y luego se los podemos dar en pedacitos, y al siguiente día revueltos, y poco a poco vamos mejorando la experiencia y despertando cada vez más su curiosidad.

Ellos siempre quieren ayudar en la cocina y eso es perfecto, ahí podemos jugar mucho, inventar canciones y anécdotas divertidas. Como en Martomate «El planeta donde todos prueban» o Zaturnhoria «el planeta de las galletas crudiveganas» y Jupisandwich «El planeta de los sándwiches diferentes”.

Hay que dejar la seriedad y permitirnos emocionarnos con la comida, con sus sabores, colores, texturas y olores. Todos esos buenos recuerdos que formamos a la hora de cocinar y comer con ellos son la base de un adulto que va a elegir sabiamente sus alimentos, una persona que se preocupará en saber de dónde viene el ingrediente, qué tan sustentable y benéfico es comer tal o cual cosa, en fin.

En mis clases de cocina veo niños muy interesados, participativos, entusiastas, que se atreven a probar y a romper sus paradigmas. Como adultos a veces «creemos» que algo no les gusta y aunque sea un alimento con mucho valor nutricional lo apartamos o lo escondemos para evitar el desagrado, entonces ese niño que se niega a comer algo es un reflejo de mi propia negación, de mis prejuicios. Está bien si no le gusto hoy, mañana puede que sí.

Yo propongo vivir cada comida como una experiencia nueva, como una oportunidad de sorprendernos, de manera amigable, sin imposiciones.
El derecho que tiene un niño a una alimentación saludable es el mismo que tiene a que se le respete si no está listo para probar o si ya comió suficiente o simplemente no tiene apetito. La alimentación está unida al conocimiento de su cuerpo, al funcionamiento de su organismo, y mucho de eso se aprende sintiendo y, repito, viviendo la experiencia con todos los sentidos. La comida debe visualmente atraer, olerse, probarse y saborearse en una experiencia de atención plena. El espacio donde comemos debe ser armonioso, sin distracciones para comer en paz en un silencio agradable o una charla amena.

Bases de una Alimentación Consciente:

-Agradece tus alimentos y haz buen uso de ellos. Planea tus comidas con anticipación para que compres sólo lo esencial, permite que los niños escojan la fruta, enséñales a sentirla y olerla para saber si está buena, pregúntales qué les gustaría probar o qué les gustaría llevar de lonche a la escuela. Sean creativos.

-Utiliza las cáscaras de huevo para abonar tus plantas, los residuos de café para preparar un exfoliante o, mejor aún, haz composta.

-Conoce tus alimentos, de dónde provienen y cómo llegaron hasta tu hogar. Platíquenlo en familia, elijan un tema por mes para investigar y aprender como «Las vitaminas» o “Los probióticos». Existe toda una industria de la alimentación que por reducir costos y alargar el tiempo de vida de los alimentos aplica prácticas perjudiciales para la salud, los animales y el medio ambiente. Darnos cuenta de esto nos permite tomar mejores decisiones a la hora de elegir.

-Escoge productos locales, compra en el mercado local, visita las tiendas de productos orgánicos y las queserías, hay todo un comercio alternativo de productos artesanales elaborados con procesos tradicionales e ingredientes de mejor calidad.

-Lee las etiquetas. Elige los productos que tengan pocos ingredientes y que no tengan nombres complicados como «almidón modificado» «aceite hidrogenado» o “mononitratos», entre otros. Evita colorantes y saborizantes artificiales, azúcares añadidos, sales, emulsificantes, espesantes y potencializadores de sabor. Todos estos ingredientes adicionados a los alimentos los hacen perder nutrientes y son difíciles de asimilar para nuestro organismo. Evita alimentos con largas fechas de caducidad como los ultrapasteurizados, enlatados, envasados en tetrabrik y envolturas metálicas; prefiere alimentos frescos envasados en vidrio, envolturas de papel, pasteurizados y prensados en frío.

-Elige frutas y verduras de temporada. La naturaleza es sabia y cada temporada nos brinda los nutrientes necesarios en estos vegetales, podemos hacer muchas diferentes preparaciones con ellos, desde una ensalada hasta guisos, conservas, encurtidos y fermentados.

-Respeta el tiempo para tus comidas. Escucha a tu cuerpo: si sientes hambre come, hazlo las veces que sea necesario para mantenerte con energía y de buen humor. Si tu jornada de trabajo te impide comer en casa, prepara lonches saludables basados en frutas, verduras, semillas y grasas buenas como la del aguacate.

-El lonche de los niños siempre debe contener alimentos crudos. Esto les aporta la energía y los nutrientes necesarios entre comidas.!

-Prepara tus propios alimentos. Siempre que sea posible tomate el tiempo de preparar lo que se te antoje, quizás sea una comida que te gustaba mucho de niño o algo que comiste en algún lado. Crea tu propia versión e invita a todos los miembros de tu familia a participar en la actividad. Pregúntale al niño qué le gustaría cocinar y cómo podemos hacer para tener una alimentación más saludable.

-Elige comer en paz. Que el espacio en donde comes sea un lugar seguro, libre de disputas, limpio, agradable, invita a tus hijos a participar poniendo la mesa, arreglando un florero para poner al centro.

-Mastica bien tu comida y tómate momentos para respirar entre cada bocado. Mientras comes observa cómo lo haces, qué sientes y respira. Observa cómo te sientes antes, durante y después de comer.

-Comparte con tus seres queridos. Cuando prepares algo que te quede muy sabroso, ¡celébralo! Tómale fotos, comparte la receta y mejor aún: llévale un poquito a alguien que te importe.

-Sé amable contigo mismo y no te presiones implementando todos los cambios de un día para otro, ve haciendo los cambios poco a poco hasta adoptar buenos hábitos que permanezcan.

-Nunca exijas al niño algo que tú no eres capaz de cumplir.

Con paciencia, dedicación y, sobre todo, con amor todo fluye. Lo importante es hacer conciencia y tener claro el estilo de vida que deseamos alcanzar, tomar en cuenta que estar sanos no es sólo la ausencia de enfermedad física, sino mantener el equilibrio en todas las áreas de nuestra vida y tener la capacidad de reconocer nuestro estado físico, mental y emocional, mantener una conexión con nosotros mismo.

Todos los niños en todas partes tienen derecho a sentirse bien y vivir la experiencia de alimentarse sanamente.

 

Pequeñ@s Ciudadan@s es una plataforma educativa que busca inspirar e informar a los niños en el conocimiento y ejercicio de sus derechos.

 

Carolina Carrera Ascencio es una mujer que ama la cocina saludable y los alimentos orgánicos. Creadora del las clases de «Cocina Consciente para Niños» y «Mi Cocina de Ideas», blog de recetas, reflexiones, salud, educación, arte y cultura. Imparte y organiza talleres de cocina vegana, es instructora de Yoga, escribe y tiene una familia.

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