Es común decir o escuchar la frase ” el niño está frustrado” sin embargo, es necesario definir qué es la frustración. La frustración es un sentimiento que surge cuando las cosas no salen como esperamos. En los niños, la frustración se refleja en llantos, enojos fuera de control, mal humor, mala actitud, silencio, portazos, aventar objetos, etc.
La frustración es parte del proceso de crecimiento y maduración de los niños y niñas. Durante la infancia el mundo del niño gira alrededor de sí mismo, les cuesta trabajo pensar en los demás; entre más pequeños son lo quieren todo y lo quieren ya, conforme crecen aprenden a esperar y tolerar la frustración.
La frustración es común al aprender algo nuevo, el intentar hacer algo y que tener que repetirlo varias veces; conocer y convivir con otros niños también puede ser frustrante al tener que compartir, tomar turnos, esperar, etc. Entrar a la escuela, el cambio de salón, la llegada de un nuevo hermano, también arrojan frustración y cambios en los niños.
Te compartimos una serie de estrategias para manejar estos momentos:
- Amor y paciencia: A veces un abrazo es todo lo que necesitan. Algo que para ti es sencillo de lograr para ellos requiere un esfuerzo mayor, sé empático y motívalos a hacerlo de nuevo.
- Acompáñalos: Promueve la convivencia, pequeños paseos al parque, ver una película juntos, jugar un juego de mesa, etc.
- Habla con ellos: Cuéntales tu día, interesate en su día a día, haz preguntas, llévalos por un helado, escribeles recaditos o mensajes a su celular.
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