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Cada 11 de octubre, desde el 2009, se conmemora para fomentar el reconocimiento de los derechos de las niñas y se dé a conocer los problemas que enfrentan en todo el mundo, principalmente en países no desarrollados. Esta acción fue promovida por la ONG Plan Internacional, una organización no gubernamental que funciona en varios países del mundo. Lo hizo a través de su campaña internacional «Por ser niña», enfocada en acabar con la doble discriminación que sufren millones de niñas en todo el mundo por género y por su edad.

Este día, es dedicado para reivindicar el poder de las niñas y adolescentes de todo el mundo como impulsoras del cambio. La necesidad de invertir y sensibilizar a la sociedad sobre su empoderamiento tiene como objetivo romper el ciclo de discriminación y violencia del que son víctimas, y promover y proteger sus derechos humanos.

  • Vivir libres de la violencia por razón de género, de las prácticas nocivas , y del VIH y el sida.  
  • Aprender nuevas habilidades para el futuro que ellas elijan.  
  • Dirigir una generación de activistas para acelerar el cambio social. 

Según la ONU Mujeres y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calculan que actualmente hay 9 millones 602 mil niñas en condición de pobreza, es decir el 49% de la población femenina entre 0 a 17 años en México.

Asimismo, estiman que las mujeres son más propensas a ser víctimas de abuso sexual, amenazas y violación; aproximadamente 32.8% de las adolescentes de entre 15 y 17 años ha sufrido alguna forma de violencia sexual en el ámbito comunitario.

Por estas razones, la defensa de sus derechos es un asunto de gran importancia ya que de esta manera podrán tener un futuro más equitativo y próspero, en el que la mitad de la humanidad sea un socio igualitario para resolver los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y sostenibilidad global.

Las niñas y adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y saludable, no solo durante estos años críticos de crecimiento, sino también a medida que crecen y se convierten en mujeres. Si reciben apoyo efectivo durante la adolescencia, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo, tanto como niñas empoderadas de hoy como trabajadoras, madres, emprendedoras, mentoras, jefas de hogar y líderes políticas del mañana.

A pesar de las dificultades que enfrentan, las niñas y adolescentes en México están derribando barreras y obstáculos impuestos por los estereotipos y la exclusión. Comienzan a rechazar con mayor fuerza cada día los guiones prestablecidos y nuestro deber es apoyarlas en ese proceso hasta que todas y cada una de ellas sean imparables. Nada debe impedir que las niñas participen de manera equitativa en todos los aspectos de la vida.

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