Hay muchas maneras de acompañar a un niño en su desarrollo, pero solo podremos relacionarnos verdaderamente con él si partimos de su mirada y no de la de un adulto, pero ¿sabemos qué significa de verdad acompañar? Todos hemos sido acompañados en algún momento de nuestra vida. Supondríamos que una persona es acompañada cuando atraviesa un proceso por el cual caminar solo sería difícil si no imposible y requerimos ser acompañados por simple necesidad de sentirnos más fuertes ante una situación adversa.
Acompañar lleva en sí la intención de estar cerca de alguien. Porque acompañar es “ir juntos”. Acompañar desde el corazón a nuestros niños y niñas es arropar cuando el miedo aparece, paraliza y no deja pensar. Acompañar, es sostener cuando sus piernas flaquean, es orientar cuando los pies sostienen, cuando se encuentran ante situaciones en donde necesitan palabras que los guíen para que el camino no se transforme en laberinto.
Acompañar a nuestros niños y niñas también es educar, ayudarlos a descubrir la gran fortaleza que reside en su interior para que sean capaces de crecer y sostenerse por su propio pie y afrontar con valor lo que la vida les presente.
Para comprender todo lo que implica acompañar es importante considerar ambas posibilidades: acompañar y ser acompañado, es decir, acompañar-se. ¿Tendremos la sabiduría para acompañar a nuestros niños y niñas? ¿Podríamos dejarnos acompañar con el corazón? ¿Qué significa para cada uno ser acompañado? Acompañar a alguien requiere de una aceptación incondicional y la certeza de que no habrá certeza, permitiendo que de manera natural nuestras niñas y niños encuentren su camino, algo que sin duda nos llenará de satisfacción.
Sabemos que vivimos tiempos de grandes retos, la emergencia sanitaria originada por la COVID-19 ha generado cambios impensados en nuestras vidas siquiera hace un año atrás. No olvidemos que los niños y niñas están más cerca de sus sentimientos y nosotros debemos acompañarlos (más que nunca) desde el corazón, acercarnos a ellos, ya que las medidas de distanciamiento social y el confinamiento han provocado sentimientos de inseguridad y miedo. Hablar con ellos y demostrar nuestro apoyo respetando sus sentimientos les ayudará a comprender que aunque el mundo en estos momentos no se encuentre bien, ellos sí lo están.
Si logramos acompañar a nuestras niñas y niños desde el corazón, seremos capaces de inspirarlos para construir nuevas maneras de ver el mundo y vivirlo, porque acompañar es una forma de amar y de cuidar, de respetar el derecho a elegir y decidir, la libertad de ser y de vivir.
Por: Gabriela Esquivel
Editor Pequeños Ciudadanos
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